Al incluir esta experiencia en un ambiente citadino como el de Bogotá, el patrón cultural se hace predominante, afán, competencia, mal humor y por supuesto estrés. En horas pico tenemos trancones, vehículos en movimiento muy cerca unos de otros, y por su puesto pitos, gritos e insultos que también suelen hacer parte del contexto capitalino.
Afortunadamente con la práctica algunas tareas pasan a modo automático como por ejemplo el correcto manejo de los pedales y la caja de cambios. De esta manera el enfoque atencional tiene más rango exclusivo para otros estímulos relevantes y menos predictivos.
Aprender a conducir
Las escuelas de enseñanza se centran en cómo manejar un vehículo, es decir, arrancar sin que se apague el motor, uso de los cambios en las revoluciones correctas, etc. Incluyen horas de práctica en la ciudad y en algunos casos salidas a carretera. Pero luego de terminar el curso y saber manejar el usuario debe adquirir las destrezas para “conducir” y esto es bien diferente.
Sumado a todo lo anterior algunas personas tienen que lidiar con accidentes de tránsito que pueden ocasionar entre otros un fuerte “Temor a Conducir”.
La práctica
Luego de tener la licencia se debe adquirir la práctica (debería ser al contrario). Comience por un par de vueltas a la manzana a muy baja velocidad hasta que se adecue al vehículo. Practique parar y arrancar varias veces así como sobrepasar lentamente los reductores de velocidad.
Siempre, siempre, siempre, tenga en mente desplazarse a baja velocidad para mantener el control absoluto de su vehículo. Permita que los peatones circulen libremente, los peatones siempre deben tener prioridad en la vía. Salga con suficiente tiempo para disminuir la probabilidad de estrés por falta de tiempo a causa de trancones o varadas que puedan suceder. Verifique que su documentación este en regla y de ser posible (ojala casi que de manera obligatoria) mantenga su vehículo asegurado de manera que incluya apoyo en caso de pinchazos, perdida de llaves, varadas, conductor elegido o casos más graves como accidentes y robos entre otros.
Los estrellones
Es posible que en este proceso de adquirir practica su vehículo sufra rayones y golpes. No se angustie, desde que su salud ni la de terceros se vea afectada lo demás tiene arreglo. En caso de estrellón mantenga la calma y comuníquese inmediatamente con su aseguradora y las autoridades competentes para que le den las indicaciones a seguir según cada caso.
La terapia
En casos puntuales una persona puede presentar conductas disruptivas relacionadas con la tarea de conducir. Pueden definirse comúnmente como fobia, pánico, pavor, miedo, bloqueo, etc. La amaxofobia (amaxo: carruaje + fobia: miedo) -temor a conducir- se caracteriza por sudor, ahogo, temblor, taquicardia y dolor de estómago entre otros.
En terapia y según cada caso se hará énfasis en adquirir o modificar conductas relacionadas con el autocontrol en la interacción con contextos en los que se deba ejecutar la tarea.
- Exploración clínica
- Terapia personalizada (psicoterapia e hipnoterapia)
- En promedio de tres a cinco sesiones de hipnosis y luego de ser posible acompañamiento a terreno