Hermosa etapa de la vida sobretodo vista con ojos científicos. Pero la perspectiva varía según los actores, por ejemplo para el propio adolescente esta etapa puede ser todo un conflicto consigo mismo y con el mundo exterior, sus lazos infantiles de afecto y confianza parental se ponen a toda prueba mientras precisamente sale del capullo de la niñez.
Ahora bien, por supuesto para algunos será más conflictivo y para otros un tanto menos. Sin embargo en últimas se trata de un proceso de adaptación a nuevas exigencias de entornos que anteriormente se podían percibir menos hostiles.
Para algunos padres la adolescencia de sus hijos puede llegar a ser realmente toda una odisea. Rebeldía, desobediencia, apatía, desconcierto y desapego hacen parte de una larga lista de términos mencionados durante la terapia psicológica. La buena noticia es que esto es precisamente lo que esperamos de la adolescencia (en unas justas proporciones), son estas características (bien dirigidas) las que pueden marcar una diferencia positiva, motivar la superación, la innovación y el sello personal!
Padres, esta etapa debemos disfrutarla en familia. Acompañar a nuestros hijos a cruzarla es una hermosa experiencia. Pero ahí está el secreto, acompañar significa estar presentes, dedicarles tiempo, escucharles, permitirles explorar ideas nuevas por sí mismos y todo esto sin invadirles.
Es común que estas terapias las abordemos en familia, algunas veces uno a uno, en algunas otras juntos y así poco a poco mediamos para conseguir o hacer visible y vivible el fortalecimiento de los lazos familiares.